Habría sido una mañana de primavera cualquiera, de esas en las que el sol empieza a ganar la partida, el sonido de los niños inicia la jornada laboral y la puerta del recinto escolar aparece ávida ante la llegada de pequeños que entran y mayores que acompañan.
Como todos los días.
Excepto en que las caras y los saludos eran de desconocidos. Porque aquel no era mi centro ni las caras que miraban expectantes eran las de mis alumnos.
Mientras, repasaba mentalmente todos los materiales que mis alumnos habían preparado para la ocasión y que esperaban colgados de una nube llamada Internet a ser descubiertos, completados, analizados…
La situación requería la explicación de un proyecto que quería investigar sobre la historia de cada casa de los participantes: materiales, formas, características… y...secretos, sobre todo sus secretos. En plena investigación surgió la pregunta: ¿será que cuando nuestros abuelos vivían en esta casa, las familias eran mayores? Y ahí nos pusimos en marcha: una investigación que requería de una encuesta, a nivel europeo y con centros y grupos invitados a participar.
Y ahí estábamos: contando nuestro proyecto y explicando la necesidad de que muchas personas en los tres países participantes nos echasen una mano a dar rigor a nuestro descubrimiento. El resto: ayudado por la magia de Internet: un cuestionario de Google con facilísimo acceso, unos gráficos que daban cuenta de nuestras realidades particulares y unas conclusiones que elaborar posteriormente.
Luego, compartir los resultados, como si de una gran comida se tratase: voces en diferentes idiomas, gráficos en un idioma universal y el descubrimiento fundamentado: sí, ahora vivimos menos personas en casa… ¿Por qué? Ese es un misterio que guardamos en otro cajón… a la espera… de quizá... otro proyecto eTwinning….

Esta experiencia forma parte de la Campaña “Súbete a un proyecto en marcha” de la Embaixada eTwinning en Galicia.
Susana Vázquez Regueiro.
Lugo.
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